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Las infecciones más comunes son las infecciones virales de las vías respiratorias: los resfriados. El niño típico en edad pre-escolar o de escuela primaria contrae entre 6 y 12 resfriados al año. Típicamente, los síntomas de resfriado duran 5 a 10 días. Estas infecciones, no obstante, son el resultado del contacto cercano de los niños pequeños con otros niños infectados y de el hecho de que sus sistemas inmunológicos son relativamente inmaduros. Con el paso del tiempo, la experiencia y habilidad del sistema inmune mejora, por lo que el niño contraerá infecciones con mucho menor frecuencia. Es un hecho que la inflamación de la garganta recurrente es rara vez una indicación real de inmunodeficiencia.

Las personas con defectos permanentes de la inmunidad contraen los mismos tipos de infecciones que la gente normal: infecciones del oído, sinusitis y neumonía, sólo que ocurren con mayor frecuencia, a menudo son más fuertes y con mayor riesgo de complicaciones ya que no responden tan fácilmente a los medicamentos habituales. Estas complicaciones generalmente implican el paso de la infección a otros sitios dentro del cuerpo, por ejemplo, en los huesos, las articulaciones, el hígado, el corazón o el cerebro. Otro motivo de sospecha fuerte de inmunodeficiencia, es la susceptibilidad a infecciones por hongos y otros agentes infecciosos fuera de lo común. Cualquier persona con infecciones con éstas características amerita una evaluación de sus sistema inmunitario por un especialista en Alergia e Inmunología.
Los niños mayores y adultos con sistemas inmunológicos sanos rara vez requieren tratamiento con antibióticos. Sin embargo, por las razones mencionadas anteriormente, muchos niños pequeños reciben varios esquemas de antibiótico cada año. Las pautas generales para determinar si un paciente está sufriendo demasiadas infecciones a las vías respiratorias son:

•La necesidad de más de cuatro sesiones de tratamiento antibiótico al año
•La ocurrencia de más de cuatro nuevas infecciones del oído en un año
•El desarrollo de neumonía ó bronconeumonía más de una vez al año
•La ocurrencia de cuatro o más episodios de sinusitis en un año
•La necesidad de antibióticos intravenosos (hospitalización) para tratar la infección.

Dos o más de los tipos de infecciones internas mencionados anteriormente, o una infección interna en un paciente con infecciones recurrentes de las vías respiratorias es demasiado e indica la necesidad de una evaluación de inmunodeficiencia. Si bien los bebés son más susceptibles a contraer infecciones de las vías respiratorias que los pacientes mayores, es especialmente importante controlar la infección en bebés y niños pequeños porque las inmunodeficiencias más serias por lo general se evidencian durante los primeros años de vida. La infección persistente por el hongo Cándida en la boca o la piel, la diarrea prolongada o la tos persistente son síntomas que sugieren la necesidad de una evaluación médica completa. Siempre que un médico de atención primaria (familiar,general,pediatra ó internista) considere que las infecciones de un paciente exceden lo normal, un especialista en inmunología debe realizar una evaluación para descartar inmunodeficiencias.

Las formas más comunes de inmunodeficiencia son los defectos en la capacidad para producir las proteínas sanguíneas llamadas anticuerpos (Inmunoglobulinas). Los anticuerpos son proteínas que se pegan a los gérmenes para ayudar al cuerpo a eliminarlos. La cantidad de anticuerpos que está produciendo un paciente puede medirse con exámenes de sangre simples. Para evaluar totalmente el sistema de anticuerpos, el especialista puede sugerir medir una respuesta de anticuerpos específica inmunizándole con una vacuna y tomando un examen de sangre tres o cuatro semanas después. Otras formas de inmunodeficiencia pueden diagnosticarse mediante pruebas directas en piel o exámenes de sangre más sofisticados disponibles sólo a través de laboratorios especializados.

Debido a que los fenómenos de alergia a menudo contribuyen con una susceptibilidad mayor hacia infecciones comunes en quienes las padecen, es necesario evaluar adecuadamente ésta posibilidad, quizás antes de pensar en exámenes más complicados y caros. De hecho, las pruebas cutáneas de alergia deben también formar parte de la evaluación, en un individuo en que se sospeche una inmunodeficiencia.
El historial clínico, por sí mismo, puede ayudarnos mucho para definir si la causa de la alta recurrencia de infecciones es por un sistema inmune no apto, ó si la respuesta es una exposición inadecuadamente alta a gérmenes potencialmente patógenos.Si los estudios y la historia clínica muestran un sistema inmune aparentemente competente, el tratamiento se deberá encaminar a resolver la infección presente y disminuir en lo posible las oportunidades de contagio. Otra estrategia puede incluir el uso de medicamentos ó vacunas que potencian ciertas áreas del sistema inmune. La detección oportuna de muchos de los problemas de inmunodeficiencia puede ayudar a maximizar el potencial de crecimiento y desarrollo normal, y puede ayudar a prevenir la posibilidad de muerte prematura.

Existen ya tratamientos específicos para muchos tipos de inmunodeficiencias. Por ejemplo, las formas más comunes de inmunodeficiencia son tratadas con infusiones de anticuerpos llamadas inmunoglobulinas intravenosas (IVIG). El Alergólogo o Inmunólogo tiene experiencia en el uso de medidas de apoyo que ayudan a minimizar la infección y aceleran la recuperación. La mayoría de los pacientes con inmunodeficiencia pueden llevar vidas normales, activas y productivas con la asistencia de un médico calificado que pueda ayudarles a controlar su condición.
El Tabaco:

•No produce ningún beneficio
•Lesiona los bronquios: los irrita e inflama, lo que provoca tos y flemas
•Daña los pulmones: impide que funcionen bien y facilita la aparición de CÁNCER.
•Perjudica al corazón: predispone a sufrir un ataque cardiaco (infarto)
•Daña las arterias: facilita que se obstruyan y que se entorpezca la circulación.
•Lesiona la garganta
•No solamente afecta al fumador, sino también al que, sin ser fumador, inhala el humo que despide el cigarro. (tus hijos)
•Perjudica al niño, inclusive antes de nacer, cuando la madre embarazada fuma (activa ó pasiva)
•Su humo es molesto para la gran mayoría de la gente
•CUESTA CARO
La tos es una respuesta a la irritación de los nervios conocidos como receptores de la tos que se hallan en las vías respiratorias superior e inferior. Los receptores de la tos se concentran especialmente dentro de la garganta y los puntos de ramificación más importantes de las vías respiratorias. También se encuentran en los senos, canales auditivos, tambores del oído, esófago, abdomen y revestimientos del corazón y pulmones
Estos receptores de la tos pueden irritarse mediante mecanismos múltiples, incluyendo medios mecánicos, como la presión; mediante la irritación causada por contaminantes químicos presentes en el aire, tales como ozono o anhídrido de azufre IV; o por la respuesta inflamatoria a los agentes causantes de alergias (llamados alérgenos) o infecciones tales como un resfriado u otro virus. Al ser estimulados estos receptores, se envía un mensaje al centro de la tos en el cerebro, que a su vez envía mensajes a los músculos del pecho, diafragma y pared abdominal para que se contraigan. Este proceso inicia la tos. La tos es un reflejo que también puede producirse o inhibirse voluntariamente.

La tos es como el "perro guardián" de los pulmones, protegiéndolos contra intrusos peligrosos o enemigos internos. Por consiguiente, la tos sirve para proteger nuestras vías respiratorias manteniéndolas despejadas para que podamos respirar. Tiene efectos buenos y malos: si bien una tos ayuda a despejar las vías respiratorias de mucosidades, materias extrañas o sustancias nocivas, también puede propagar infecciones y ser incómoda.Las anormalidades o alteraciones del reflejo de la tos pueden producir una tos ineficaz. Esto podría ser causado por algún daño al centro de la tos en el cerebro, como pueden causarlo ciertos medicamentos o tumores que ejerzan presión sobre él. La tos ineficaz también puede deberse a enfermedades o lesiones neuromusculares causadas por cirugía del abdomen o pecho.

Durante un acceso de tos, se elimina el contenido de las vías respiratorias mediante varios mecanismos. El alto flujo de aire en las vías respiratorias causa que se exhalen las materias extrañas y mucosidades. Asimismo, durante la exhalación forzada se reduce el tamaño de las vías respiratorias, comprimiendo así las secreciones de las vías respiratorias más pequeñas y dentro de las vías respiratorias más grandes, donde el flujo de aire puede exhalar la materia extraña. Finalmente, hay un cascabeleo o silbido que se produce durante la tos que ocasiona una vibración de las vías respiratorias, lo cual literalmente sacude las mucosidades de las vías respiratorias.
En la mayoría de las personas, la tos generalmente comienza abruptamente y dura poco. Comúnmente es causada por infecciones virales de las vías respiratorias superiores, y se resuelve por sí sola dentro de 7 a 14 días. Cualquier tos que dure más de tres o cuatro semanas se considera crónica y debe ser evaluada por un médico.

La causa de una tos crónica puede determinarla normalmente un médico que reúna antecedentes completos y realice un examen físico, prestando especial atención a las zonas siguientes: nariz, boca, garganta, orejas, senos, cuello, pecho y corazón. El médico formulará preguntas específicas sobre la duración y el tipo de tos; cualquier exposición a humo ambiental o historial personal de fumador; exposición ambiental y ocupacional; y cualquier antecedente de alergias, asma, sinusitis o infecciones de las vías respiratorias superiores.

Cierta información puede resultar especialmente útil para que el médico efectúe un diagnóstico específico como, por ejemplo:

Características de la tos:
seca, húmeda, metálica, como foca, sibilante, como ladrido, con náuseas, ahogante o con bocina

Sucesos desencadenantes:
ejercicio, sueño, aire frío, irritantes, risa, llanto

Aparición:
Por temporadas, al ir a dormir, durante el sueño, al despertar, comienza repentinamente después de comer, presente en la infancia

Producción de mucosidad:
Cantidad, color y consistencia. Si el médico presencia el acceso de tos también puede aportar indicios de su causa. Si la tos no puede reproducirse en el consultorio, puede resultar útil grabar en cinta de audio o video la tos para que el médico pueda oírla o verla.
La causa más común de la tos que dura una a dos semanas es el resfrío común. Las causas más comunes de tos crónica son: goteo postnasal, asma y sinusitis, todo lo cual puede ser desencadenado por las alergias. Otras causas son reflujo gastroesofágico, bronquitis crónica, reacciones a fármacos, bronquiectasia (tubos bronquiales dañados o agrandados), infecciones, irritantes ambientales y causas psicosomáticas (debidas a la mente consciente o inconsciente). Entre las causas menos comunes se incluyen: fibrosis cística, un cuerpo extraño, tumores, neumonía, defectos congénitos, enfermedades cardíacas o inmunodeficiencia, entre otras. No es fuera de lo común que exista más de una causa para la tos. Si usted tiene una tos crónica, asegúrese de consultar a su médico para determinar la(s) causa(s).

Dependiendo de los antecedentes y el examen físico, pueden realizarse diversas pruebas diagnósticas, especialmente en el caso de pacientes con toses crónicas. Estas pueden incluir una radiografía del pecho, una radiografía de los senos o tomografía computarizada, exámenes de tuberculosis, exámenes de alergias de la piel, pruebas de función pulmonar o provocación, ejercicio, sonda pH esofágica para medir el reflujo de ácidos, exámenes sanguíneos, broncoscopía, ingesta de bario, electrocardiograma (ECG), prueba del sudor y/o examen de esputo.

La tos puede ser bastante molesta, llegando a causar irritación de la laringe, tráquea y bronquios, además de insomnio. La tos también ocasiona la actividad muscular vigorosa, que genera alta presión dentro de la cavidad pectoral. Esta alta presión puede producir complicaciones, incluyendo daños musculares, costillas fracturadas, pérdida temporal de orina e interrupción de heridas quirúrgicas. Rara vez ocurren complicaciones graves como colapso pulmonar. Es importante que su médico diagnostique en forma precisa y trate una tos crónica para prevenir estas complicaciones.
Puesto que la tos es un síntoma y no una enfermedad, la terapia satisfactoria depende de la terapia específica del trastorno subyacente. Por ejemplo, la tos debida al asma debe ser tratada con medicamentos anti-asma. La tos debida a la sinusitis debe tratarse con antibióticos y la tos debida a rinitis alérgica, con antihistamínicos o aerosoles nasales de esteroides. La tos causada por el reflujo gastroesofágico mejora con el tratamiento del reflujo, y la tos inducida por fármacos (por ejemplo, debida a los inhibidores ACE) se resuelve al dejar de administrarlos. La tos debida a defectos congénitos puede requerir cirugía. La tos debida a irritantes ambientales se trata mejor evitando o eliminando los irritantes. A veces, si no puede identificarse ninguna causa claramente, tratar la tos con medicamentos específicos puede servir como examen diagnóstico, si se resuelve la tos. En los adultos, los supresores narcóticos de la tos son un tratamiento temporal efectivo; otros medicamentos recetados para la tos pueden también resultar eficaces.

El dextrometorfano, un medicamento no narcótico que se encuentra en muchos preparados para la tos que se venden sin receta, también es eficaz. Sin embargo, la supresión de la tos en pacientes con enfermedades de las vías respiratorias pulmonares puede resultar, por el contrario, peligrosa porque deja las vías respiratorias desprotegidas. Los antihistamínicos no suprimen la tos; y en estudios bien controlados se determinó que el expectorante guaiacolato de glicerol no era más efectivo que un placebo, o agua con azúcar. En niños, no se han establecido indicaciones para el uso de narcóticos, incluyendo codeína o dextrometorfano como supresores de la tos.

La mayoría de los preparados para la tos que se venden sin receta son combinaciones de supresores de la tos, expectorantes, descongestionantes y antihistamínicos. Las combinaciones diferentes tratan síntomas distintos, así es que lea las etiquetas detenidamente. Las pastillas sin receta con anestésicos locales pueden ayudar a los síntomas de la tos. Lo más importante es acudir a su médico si persiste la tos durante más de dos semanas.