ALERGIAS

La alergia, (también conocida como hipersensibilidad inmediata) se define como una "sensibilidad anormal a una sustancia que es generalmente tolerada y considerada no dañina". Aunque todas las reacciones inmunes (de defensa) resultan de la exposición a sustancias extrañas, las alergias son reacciones inmunes exageradas, que causan daño ó inflamación,y que difiere de la reacción inmune "protectora" que es conferida por las inmunizaciones o infecciones naturales. Se estima que aproximadamente un 10 a 15% de la gente padece de algún tipo de enfermedad alérgica, y existe evidencia de que la incidencia de estas enfermedades está aumentando en todo el mundo.
El sistema inmune tiene diversos mecanismos para lograr la defensa del cuerpo en contra de las innumerables sustancias extrañas que se encuentran presentes en el aire que respiramos, en la comida que ingerimos y en las cosas que tocamos.

Una parte esencial del sistema inmune humano es su habilidad para desarrollar reconocimiento inmunológico y memoria. Una vez que las células del sistema inmune encuentran una sustancia extraña y la reconocen como "no propia", ese contacto inicial será "recordado" por siempre. Si esa sustancia específica es encontrada nuevamente, la respuesta del cuerpo será mucho más rápida e intensa como resultado de los mediadores químicos producidos por las células de memoria que se activan ante la re-exposición, y las cuales en un momento dado amplifican la respuesta activando otras partes del sistema inmune. Dentro de este inmenso grupo de materiales extraños, el término "alergeno" se refiere a ésas sustancias que producen principalmente una respuesta inmuno-alérgica. Un mecanismo por el cual el sistema inmune nos ayuda a defendernos contra los materiales extraños es la producción de millones de anticuerpos diferentes (también llamados inmunoglobulinas). Cada anticuerpo tiene la habilidad de reconocer y unirse a una sustancia extraña específica y única. Los anticuerpos circulan en la sangre y están presentes en casi todos los líquidos corporales donde ayudan a "capturar" y prevenir la entrada de materia extraña no deseada.
Existen 5 grandes clases de anticuerpos, denominados por letras: IgG, IgM, IgA, IgD e IgE (Ig = Inmuno-globulina). La IgE es el anticuerpo producido en las reacciones alérgicas y en las reacciones de defensa vs.infecciones parasitarias. Las personas alérgicas frecuentemente tienen niveles muchos más altos de IgE en su sangre que los no alérgicos. Sin embargo algunos alérgicos tienen valores normales de IgE en su sangre y puede también haber gente con IgE elevada en su sangre sin ser alérgica.

Aún no se tiene conocimiento pleno del porqué algunas sustancias son alergénicas y otras no, ni tampoco porqué no todas las personas desarrollan una respuesta alérgica después de la exposición a alergenos. Existen evidencias de una fuerte contribución genética en las enfermedades alérgicas, y los niños cuyos padres padecen alergias tienen una probabilidad mayor para desarrollar estos padecimientos. Una persona que ha desarrollado anticuerpos IgE para que reconozca uno o más alergenos (pólenes, hongos, caspas de animales, ácaros del polvo, etc.) se dice que está sensibilizado a estos alergenos. Las moléculas alérgeno-específicas de IgE viajan por la sangre hacia los tejidos en donde cubren la superficie de unas células llamadas mastocitos .Podrían estar presentes hasta 500,000 anticuerpos IgE, con diferentes especificidades, sobre la superficie de un solo mastocito, permitiendo entonces a cada célula el reconocer a varios alergenos. Los mastocitos que se encuentran en forma abundante especialmente en el revestimiento (ó mucosas) de la nariz, ojos, pulmones y tracto digestivo, se activan sólo cuando moléculas de alérgeno específico (p.ej.:gato) hacen contacto físico con anticuerpos IgE adheridos a la superficie del mastocito. Esto quiere decir que los mastocitos de un individuo que posee anticuerpos IgE en su superficie para el antígeno de gato no serían activadas por exposición a otro alergeno.
Dos preguntas debería poder contestar cada persona alérgica: ¿qué alergenos reconoce específicamente mi sistema inmune? ¿Y cuando (y cuanto) estoy expuesto a estas substancias?. La reacción alérgica resultante de la exposición a estos alergenos relevantes, con la inflamación asociada y la hiper-reactividad inespecífica secundaria de las superficies expuestas, es directamente responsable de los síntomas clínicos.
Para determinar con precisión que molécula(s) alergénica(s) son reconocidas por el sistema inmune de cada paciente, pueden utilizarse las pruebas cutáneas para alergia ó pruebas de sangre que identifican anticuerpos IgE específicos (RAST).

Una vez identificadas éstas sustancias ó alergenos, el tratamiento óptimo incluye minimizar la exposición a ellos hasta donde sea posible, combinando con medicamentos para reducir los síntomas alérgicos y la inflamación de los tejidos involucrados. Además de eso, para casos seleccionados, se pueden usar las vacunas para la alergia (inmunoterapia) para modificar ó suprimir la respuesta inmuno-alérgica y así suprimir ó disminuir la intensidad de las reacciones alérgicas que ocurren como resultado de una exposicición natural a alergenos específicos.
La prevención de las alergias ha sido de interés por décadas para el especialista en alergias y sus pacientes. Ya que las alergias y el asma se presentan por familias, se han dirigido esfuerzos especiales de prevención hacia los niños de padres alérgicos o asmáticos. Aunque las alergias no pueden prevenirse de un modo uniforme y definitivo, la información reciente sugiere que existen pasos que una familia alérgica puede tomar para retardar o reducir la ocurrencia de alergias en sus lactantes.
La estrategia principal para prevenir las alergias a alimentos es retardar la exposición a alimentos potencialmente alergénicos, ya que los lactantes recién nacidos pueden ser más susceptibles a la sensibilización de alimentos que los lactantes mayores. Se recomienda la alimentación al seno materno por lo menos de cuatro a seis meses. En lactantes que no están alimentados al seno materno, o para suplemento de la leche materna, se deben usar fórmulas de hidrolizados de proteínas tales como el Nutramigen y Alimentum en lugar de fórmulas con base de soya o leche, ya que estos hidrolizados de proteínas han demostrado ser menos sensibilizantes.

Los alimentos sólidos deben ser retardados hasta los seis meses de edad. Cuando los lactantes tienen de seis a doce meses de edad, pueden incorporarse verduras, arroz, carne y fruta a sus dietas. Cada comida debe ser introducida una por una así los padres o encargados de cuidar al niño pueden identificar y eliminar cualquier alimento que cause una reacción. Después de que el niño cumpla un año de edad, puede agregarse leche, trigo, maíz, cítricos, y soja cada dos semanas o cada mes. Finalmente a los dos años de edad, pueden considerarse huevos, cacahuates y pescado. Este régimen dietético ha demostrado reducir o retardar la alergia a alimentos y eczema en lactantes de padres alérgicos.
Los estudios en animales sugieren que existe un gran riesgo de volverse alérgico a sustancias en el aire a las cuales se expone el animal poco después de nacer. De un modo similar, el desarrollo de alergia a los ácaros en niños se ha ligado a la cantidad de exposición temprana a los ácaros. Además, el desarrollo de alergia a los gatos en niños está asociado con la presencia de un gato en casa al nacimiento. Aunque faltan datos definitivos, esto sugiere que ciertos pasos que controlan de un modo agresivo a los ácaros pueden reducir la ocurrencia de alergia. Estos incluyen el usar cubiertas plásticas en almohadas y colchones, lavar la ropa de cama con agua caliente cada siete a diez días, evitar humedad relativa alta intramuros, y, de un modo óptimo, quitar alfombras, muebles tapizados, y objetos que guarden polvo en el cuarto de los lactantes. De una manera similar, los lactantes de familias alérgicas no deben ser expuestos a mascotas dentro de la casa durante los primeros años de la vida en un intento de prevenir el desarrollo posterior de alergia a sus derivados.
Ya que las alergias pueden desarrollar el asma, no es sorprendente que los lactantes expuestos a pocas cantidades de ácaros del polvo durante la lactancia tengan menos probabilidades de desarrollar asma alérgica. Entonces, el control agresivo de los ácaros debe reducir la ocurrencia de asma así como de alergia de las vías respiratorias superiores.

También, la exposición a mascotas durante la lactancia puede aumentar el riesgo de desarrollar asma. Además, el tabaquismo materno durante el embarazo está asociado con un aumento de sibilancias durante la lactancia en niños de fumadores, y la exposición a tabaquismo pasivo ha demostrado aumentar el asma y otras enfermedades respiratorias crónicas durante la niñez. Por eso, es muy importante que los lactantes no se expongan a tabaquismo de segunda mano prenatalmente o durante la niñez.

Finalmente, la infección respiratoria es un desencadenante común de asma y es posible que la inicie. Por lo tanto, las maniobras que reducen la frecuencia de infecciones respiratorias en la lactancia, tales como alimentación al seno materno y evitar las guarderías para niños muy pequeños, pueden ser útiles en la prevención del asma.
No es posible prevenir completamente las alergias en niños pequeños con el conocimiento que tenemos actualmente, aunque la ingeniería genética y celular promete esperanzas para la prevención absoluta en el futuro. Mientras tanto, los padres con alergias o asma pueden hacer los cambios ambientales y usar las estrategias de prevención discutidas para ayudarlos a por lo menos reducir o retardar la ocurrencia de alergia y asma en sus niños.
Iniciaron las lluvias de la temporada, y con ellas generalmente vienen las condiciones propicias para que germinen, desarrollen y florezcan una gran variedad de plantas propias de la región, como las malezas y zacates silvestres, las cuales al iniciar la floración, en aproximadamente un mes más, liberarán una cantidad muy grande de partículas polínicas al aire (con las cuales se reproducen), iniciando así un período de aproximadamente 3 meses de temporada "polínica".

Típicamente en nuestro medio, existen dos temporadas de lluvias; las de invierno, y las de verano, con lo cual resultan dos temporadas de alta polinización, que coinciden más ó menos con la primavera (marzo a mayo) y con el otoño (septiembre a noviembre)

Es debido a ésta gran concentración de pólenes en el aire lo que hace que las personas con una predisposición alérgica hereditaria ( se hereda la facilidad para sensibilizarse), tengan mayor posibilidad de sensibilización en éste tiempo, ó si ya se ha "alergizado", iniciarán su calvario, con síntomas oculares (conjuntivitis "primaveral"), síntomas nasales (rinitis ó sinusitis), ó síntomas bronquiales (bronquitis alérgica ó Asma Bronquial). La mayoría de la gente le achaca sus molestias "al cambio de clima", sin embargo, la temperatura y humedad ambiental no causan alergia en sí, pero sí influyen directamente en la concentración de éstos pólenes en el aire en un momento determinado.

Los síntomas en éstos individuos, niños ó adultos, pueden ser de intensidad y duración muy variados, dependiendo de su grado de alergia, llegando a ser en algunos casos muy severos, que ameriten incluso hospitalizaciones frecuentes ó prolongadas. Se estima que aproximadamente el 10 a 15 % de la población, en nuestro medio padece algún grado de alergia respiratoria, y la mayoría de éstos serán sensibles a pólenes de malezas, zacates ó árboles, independientemente de otros tipos de "alergenos".

Desgraciadamente, a pesar de lo frecuente de éste problema, ó incluso a pesar de lo intenso de las molestias, mucha gente no sabe que tiene Alergia, y se trata como si fueran "resfriados" ó infecciones respiratorias, manejadas muchas de las veces con antibióticos, muchas veces auto-recetados incluso, con pobres ó nulos resultados por consecuencia, y con riesgos reales de complicaciones serias.

Así que, si Ud. ó sus hijos suelen tener síntomas oculares, nasales ó bronco-pulmonares frecuentes ó continuos con un franco predominio en los "cambios" de temporada, y si a eso le añade una historia familiar de sinusitis, bronquitis, conjuntivitis ó Asma, los más probable es que sufra de "polinosis" ó alergias respiratorias inducidad por pólenes, por lo que deberá comentar ésta posibilidad con su médico ó directamente con el especialista, el cual podrá confirmar ó descartar ésta posibilidad mandándole a hacer exámenes sencillos, que la mayoría de los laboratorios actuales pueden realizar.

Una vez confirmada ésta sospecha, su médico podrá apoyarse en un especialista en Alergias para poder establecer las causas específicas en cada caso, para darle a conocer su pronóstico y decidir cual es la mejor estrategia general de tratamiento en las temporadas malas ó en el largo plazo.

Actualmente es posible una curación real y definitiva de muchos de los problemas alérgicos respiratorios, si son tratados en una forma adecuada. No tiene por que afectar su calidad de vida, ni mantener un riesgo alto de complicaciones serias, ni tiene porqué padecerla por tanto tiempo.
Prácticamente todos los animales de piel ó plumas pueden producir alergia en las personas. Sin embargo, se requiere de compartir por tiempos prolongados ambientes comunes con éstos animales para que una persona con predisposición genética para alergias desarrolle verdaderas reacciones alérgicas a ellos. Por ello, los animales más frecuentemente involucrados en las alergias en el hombre son el perro y el gato por ser los que más conviven con él como mascotas.

La alergia a éstos animales (gato y perro) ocurre en aproximadamente en el 15% de la población. Sin embargo, el porcentaje se eleva a más del 20 % para las personas que padecen Asma. En general, los gatos son más alergénicos que los perros (por frecuencia y por severidad).

Ciertas proteínas de los animales que se encuentra en la saliva, en la caspa (descamación de la piel ) ó en la orina de un animal pueden ser alergénicas para el hombre. La gente no es alérgica en sí al pelo de un animal como muchos creen. Estas proteínas se desprenden de la piel ó se desecan y pulverizan (en el caso de la orina y la saliva) y son acarreadas por el aire en forma de partículas de polvo muy pequeñas, que van contaminando con el tiempo el interior de los hogares y el polvo de ésas casas, y por lo general, a mayor tiempo de permanencia del animal en ésa casa, mayor serán, proporcionalmente las concentraciones de éstos alergenos en el hogar. Estos alergenos son llevados por el aire, y pueden ser contactados por las superficies de los ojos ó las vías respiratorias (nariz, bronquios), causando allí los síntomas alérgicos ó inclusive en sitios distantes del sitio de entrada de éstas partículas. La piel también puede reaccionar en forma directa con alergia (ronchas ó comezón) al contacto con éstos alergenos, sobre todo los de la saliva de éstos animales. 

Aunque pueden existir reacciones tardías (más de 12 hs ), generalmente los síntomas ocurren en pocos minutos después de contacto con los alergenos del animal (contacto directo ó por el aire). Para algunas personas, los síntomas se pueden desarrollar en varias horas y ser más graves 12 horas después de que se haya interrumpido el contacto con el animal.

Los síntomas más frecuentemente reportados son de Rinitis (estornudos, comezón nasal, moco líquido, bloqueo nasal), asociado ó no a Conjuntivitis (enrojecimiento, lloriqueo, comezón ocular, etc.). Sin embargo las reacciones pueden ser más severas: Asma (espasmo bronquial y dificultad para respirar, con accesos de tos, flema en el pecho, etc.) o pueden incluso causar Urticaria, Angioedema (hinchazón de diversas partes del cuerpo), Dermatitis por contacto, prurito generalizado ó Anafilaxia (reacciones severas con ataque a varios órganos ó partes del cuerpo, con ó sin baja de la presión arterial ó choque).
El mejor tratamiento para la alergia de gato y perro es quitar el animal de la casa y evitar otros tipos de contacto cuando sea posible. El dejar a los animales fuera de casa solamente, es sólo una solución parcial, ya que los estudios han demostrado que las mascotas en el patio siguen contaminando lentamente las casas por dentro, pudiendo llegar a concentraciones de alergenos similares a casas con animales dentro.

Si su hijo ya es alérgico (a otras cosas) y tiene Rinitis y/ó Asma no le conviene adquirir una mascota de pelo ó plumas. Esto incluye conejos, cobayos, ratones, hámsters, monos y todo tipo de aves (pollos, loros, canarios, palomas, pichones, gorriones, periquillos, etc.). Si insiste, trate que escoja mascotas sin pelo ó plumas, aunque no sean tan populares: Tortugas, cangrejos, peces, serpientes, iguanas, camaleones, etc.

Si por cualquier motivo, deciden no deshacerse del animal, (aunque esto no sea lo más aconsejable), aún pueden hacerse cosas para minimizar la contaminación por éstos alergenos en el hogar.
Mantenga a la mascota ofensiva fuera de su cuarto. Ya que se pasan muchas horas de sueño al día en el cuarto, el solo hecho de mantener a la mascota fuera de este cuarto reducirá la exposición considerablemente. Cada vez que entra el animal al cuarto deja alergenos, por lo que la mascota debe permanecer fuera del cuarto (al menos) todo el tiempo. Evite que entren también a otras habitaciones donde el alérgico pase mucho tiempo.

Mantenga a la mascota todo el tiempo fuera de la casa. Cómpreles una casa de mascota para protegerlos del clima y no tenga que meterlos por ésa causa.

Báñelo con jabón ó champú por lo menos cada semana. Existe evidencia reciente que bañando al animal semanalmente reducirá la cantidad de alergenos que se distribuyen en el ambiente. Cepillar el pelo de la mascota en el exterior, lo más frecuente que sea posible. No debe hacerlo la persona alérgica. Esto ayudará a quitar el pelo suelto y los alergenos de su mascota, disminuyendo la cantidad que se deposita en el interior.

Lave ó limpie la casa ó jaula de la mascota con cierta frecuencia, esto reduce sobre todo el alergeno presente en la orina del animal, la que suele ser la fuente del alergeno principal en especies pequeñas , como los conejos, hámsters y cobayos.

Un gato o perro produce cierta cantidad de alergenos por semana. Esta cantidad varía mucho de un animal a otro. Los alergenos se acumulan en áreas tales como alfombras, colchones, cojines y aun sobre superficies
La Alergia a proteínas animales es casi totalmente prevenible, esto es: Sí es factible eliminarlos de nuestro ambiente. Por eso mismo, tradicionalmente los especialistas en Alergia no recomendamos tener animales alergénicos en casa de personas con alergia ó con potencial para serlo. Esta recomendación es válida también para aquellos alérgicos que aún no hayan desarrollado sensibilidad a animales, pues con el tiempo lo más probable es que la desarrollen. Debido precisamente a que son alergias prevenibles, normalmente no es aconsejable intentar programas de desensibilización (inmunoterapia) en éstos pacientes alérgicos a animales. Aunque ya hay estudios que demuestran que ésta puede ser una alternativa, hasta el momento, su eficacia es sólo parcial, y no está exenta de riesgos. Este tratamiento no se considera comúnmente hasta que las medidas de control ambiental que aquí señalamos y los medicamentos se han llevado a cabo con pobres resultados. Puede estar indicado además, usar medicamentos anti-alérgicos (anti-histamínicos) o anti-asmáticos, si es el caso, antes de una exposición programada con animales, ocasionalmente, ó por un tiempo si ya la reacción está dada. Es posible que una persona alérgica a algún animal deje de serlo con el simple paso del tiempo, pero para que ello suceda, sigue siendo necesario que evite lo más posible el contacto con el animal ó con sitios contaminados por ellos. Desgraciadamente, la mayoría de los alérgicos mantienen ésta sensibilidad por toda la vida.
La anafilaxis es una urgencia médica que involucra una reacción alérgica aguda sistémica la cual afecta a todo el cuerpo. Esto ocurre después de la exposición a un antígeno (alérgeno) al cual la persona se ha sensibilizado previamente. La anafilaxis es causada por un mecanismo inmunológico que incluye un anticuerpo IgE que se fija a la célula cebada o al basófilo y reacciona con algunos alergenos. Esto causa la liberación de varios químicos, o mediadores. Los mediadores son sustancias químicas que atraen o activan otras partes del sistema inmune. El mediador mejor conocido es la histamina. Las reacciones anafilactoides tienen síntomas similares a los de la anafilaxia, pero son desencadenadas por mecanismos no mediados por IgE que ocasionan la liberación directa de estos mediadores. Estas incluyen reacciones a medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos (ej., aspirina, ibuprofeno).

Los casos reportados de muerte por anafilaxis por cualquier causa de acuerdo a un estudio, son de 0.4 casos por un millón de personas por año. El riesgo para cualquier persona es de aproximadamente 1%. Los libros de texto actuales indican que las muertes por inyección de penicilina pueden ser tan altas como 1 en 7.5 millones de inyecciones. Las reacciones sistémicas por picaduras de abejas, diferentes tipos de avispas o de hormigas de fuego pueden ocurrir en 0.4 a 4% de la población general.
Los signos y síntomas de la anafilaxis incluyen: ansiedad, comezón de la piel, dolor de cabeza, náusea y vómito, estornudos y tos, retortijones (malestar abdominal), ronchas e inflamación de los tejidos como los labios y articulaciones, diarrea, respiración entrecortada y sibilancias, presión arterial baja, convulsiones, y pérdida del estado de conciencia. Los ojos pueden presentar comezón, lagrimeo e inflamación. Entre los síntomas adicionales se incluyen: comezón en la boca y la garganta, ronquera, cambio de la voz, congestión nasal, dolor de tórax y compresión, sensación de calor y rubor, enrojecimiento de la piel, colapso uterino y urgencia de orinar.

La anafilaxis puede afectar varios órganos y sistemas incluyendo la piel, vías respiratorias altas y bajas, el sistema cardiovascular, ojos, útero y vejiga.

La anafilaxis se ha confundido con otras reacciones como la hiperventilación, ataques de ansiedad, intoxicación por alcohol, y baja del azúcar sanguínea. Las pruebas cutáneas y/o las pruebas sanguíneas de RAST pueden documentar sensibilidad a varios alergenos que pueden causar anafilaxis, tales como el veneno de abeja, látex, alimentos y algunos medicamentos. Ocasionalmente, los pacientes pueden experimentar síntomas parecidos a la anafilaxis (presión sanguínea baja, convulsiones) que son causadas por otras condiciones médicas tales como ataques cardíacos y epilepsia. En estas circunstancias, unas muestras de sangre obtenida en el momento del evento puede analizarse para la presencia de "triptasa" la cual sugiere que los síntomas son causados por un mecanismo alérgico (ej., anafilaxis).
Existen varios agentes que pueden causar anafilaxis o reacciones anafilactoides. Los medicamentos son los que encabezan las causas de anafilaxis, los principales son los antibióticos, anticonvulsivos, relajantes musculares y algunas soluciones post-quirúrgicas. La sangre y sus derivados se han visto también implicados en reacciones anafilactoides.

Se les culpa frecuentemente como causa de anafilaxis a los alimentos y aditivos alimentarios. Los principales alimentos implicados son leche, huevos, mariscos, nueces y cacahuates. Otros alimentos que pueden causar reacción son las legumbres, pescado blanco y apio.

Algunos alimentos tienen una concentración de histamina alta, tales como el pescado que no se ha refrigerado adecuadamente. Cuando se ingiere se puede absorber la histamina y causar una reacción de tipo anafilactoide.

Ha aumentado la atención a reacciones de aditivos de alimentos. Los sulfitos han recibido publicidad recientemente por estar presentes en frutas secas y verduras, productos de la papa, barras de ensaladas con verduras, pepinillos y pepinos. Algunos individuos, especialmente aquellos con asma grave, podrían tener una reacción anafilactoide a sulfitos. La Administración Federal de Medicamentos ha prohibido los sulfitos en frutas frescas y verduras. Los alimentos que contienen más de 10 partes por millón de sulfitos deberán ser etiquetados.

Las bebidas alcohólicas, incluyendo el vino, también contienen sulfitos. La aspirina y los anti-inflamatorios no esteroideos pueden también causar reacciones anafilactoides.
La anafilaxis inducida por ejercicio (AIE) se caracteriza por la comezón generalizada con o sin ronchas, baja de la presión sanguínea, y el estrechamiento de las vías respiratorias superiores. Esto se asocia frecuentemente con un aumento en la temperatura del clima y ejercicios intensos.

La gente que padece AIE frecuentemente no es alérgica ni tiene necesariamente el antecedente de asma o rinitis. Esto no ocurre después de cada ejercicio y en algunas ocasiones sólo ocurre después de la ingestión de algunos alimentos, tales como apio, mariscos, trigo y duraznos.
La anafilaxis es una urgencia médica. La epinefrina (adrenalina) se administra por lo general inmediatamente, y también pueden administrarse otros medicamentos, tales como antihistamínicos y esteroides. Cuanto más rápidamente se trate la reacción, menos grave será.
El mejor tratamiento para la anafilaxis es la prevención. Las personas conocidas por ser sensibles a algunos alimentos que causan anafilaxia, deberán evitar estos alimentos específicos. Si usted ha presentado una reacción anafiláctica, deberá ser evaluado por un especialista. Si es posible tome medicamentos orales en lugar de inyecciones. Siga las indicaciones de su doctor para el uso apropiado de los medicamentos prescritos. Es importante esperar por lo menos 20 minutos en el consultorio médico después de una inyección de un medicamento o de la aplicación de una vacuna de alergia ya que si ocurre una reacción ésta será tratada oportunamente. Dé a su doctor una historia clínica detallada y exacta. Aquellas personas con alergias que arriesgan la vida deberán portar un brazalete de Alerta-Médica y deben saber cómo usar un estuche de epinefrina o adrenalina y llevarlo consigo todo el tiempo. Estos estuches se pueden obtener con receta.
La inmunoterapia o "vacunas de alergia", es un procedimiento médico que consiste en la administración repetitiva y gradual de una sustancia alérgica a un paciente sensibilizado a ella, en cantidades crecientes durante varios años, con la intención de lograr su tolerancia. Este proceso lleva a la reducción ó eliminación de los síntomas que se presentan después de la exposición al alergeno.

La razón de ésa tolerancia reside en gran medida en la inducción de la producción de anticuerpos protectores (similares a los que se producen en respuesta a las vacunas para las infecciones de la infancia), aunque también se debe a algunos cambios en las células del sistema inmune que regulan los fenómenos de alergia, principalmente los linfocitos T.
Se han probado y existen en la actualidad diversas formas de administración de éstos extractos alergénicos al hombre: extractos inyectados, extractos ingeridos, gotas sub-linguales, gotas conjuntivales, y en forma de sprays nasales. Sin embargo, el método más efectivo a la fecha, y con más tiempo de uso, son las inyecciones sub-cutáneas. Los demás métodos no han sido tan efectivos, e incluso algunos están aún en períodos de prueba experimental. Es posible que en un futuro, exista una alternativa de aplicación más cómoda, y al menos igual de efectiva que las inyecciones subcutáneas.

Las inyecciones de los extractos alergénicos se aplican en concentraciones variables. Habitualmente es una mezcla de los alergenos más relevantes en la inducción de la reacción alérgica de ésa persona.

Se inicia con una cantidad pequeña del extracto, a la menor concentración posible, según el criterio del especialista Alergólogo. Dependiendo del tipo de diluyente y potencia, las vacunas se aplican una ó 2 veces a la semana inicialmente, aumentando paulatinamente la concentración y cantidad real de éstos alergenos. El punto ó concentración final a alcanzar, y el tiempo que deberá tomar para ello, estará determinado por el grado de sensibilidad del paciente.

Generalmente, un paciente puede alcanzar la dosis máxima o de mantenimiento a los 4 a 6 meses del inicio de las inyecciones. La dosis de mantenimiento se aplica cada una o dos semanas inicialmente y después el intervalo puede ampliarse a cada tres a cuatro semanas según la evolución y el criterio del especialista en Alergias, en la mayoría de los pacientes. Es imprescindible que los esquemas de inmunoterapia, sean aplicados en forma regular para alcanzar el máximo de tolerancia posible. La duración total del tratamiento es de 3 a 5 años en la mayoría de los casos.
La inmunoterapia está justificada cuando los síntomas alérgicos son de moderados a severos, cuando ocurren en forma muy continua ó frecuente durante el año y no han respondido bien a los medicamentos de control (adecuadamente indicados), cuando las opciones de tratamiento disponibles no pueden ser tolerados por el paciente, cuando las reacciones sean ocasionadas por alergenos difíciles de evitar, ó simplemente, cuando se quiera tener una verdadera posibilidad de curación del problema alérgico a corto plazo, lo que no ofrece ningún otro medicamento ó método de tratamiento actualmente.

Por ejemplo, un individuo alérgico al pólen del pasto ó de malezas puede tener síntomas de intolerancia durante los meses de verano. Es imposible evitarlos, aunque existen aparatos que pueden ayudar a reducir la exposición de pólenes intramuros, como los aparatos filtrantes ó sistemas de refrigeración. Los medicamentos suelen ser muy útiles en la reducción de los síntomas, aunque los que mejor funcionan pueden causar somnolencia o no ser tan efectivos.

La inmunoterapia con pólenes de pastos y malezas, indicada y llevada adecuadamente, puede lograr un alivio importante en cuatro de cada cinco pacientes, pudiendo incluso en uno ó 2 de ellos ser definitivo y permanente. Otro tipo de alergenos que habitualmente producen muy buenos resultados clínicos en la inmunoterapia son los pólenes de árboles y ácaros del polvo. Los extractos de hongos (moho) se usan frecuentemente para inmunoterapia, pero no existe mucha información acerca del grado de respuesta final.

Aunque existe una gran diversidad de alergenos que constituyen el polvo de casa, ahora sabemos que los ácaros son la causa principal de éste tipo de alergia. Es por eso que utilizando extractos para ácaro, el uso de extractos del polvo casero ha disminuido. Entre más específico sea el tratamiento, mejores serán los resultados finales
El principal problema del tratamiento con inyecciones de alergenos ó inmunoterapia es la posibilidad de reacciones. La mayoría de los pacientes vacunados desarrollan hinchazón en el sitio de la inyección (roncha); sin embargo, ésta es habitualmente pequeña, y cuando ésta es grande, se les llama "reacción local". Estas se controlan muy bien con antihistamínicos, y aplicación directa de hielo. Existe también la posibilidad de reacciones sistémicas serias, que incluso pueden poner en riesgo la vida del paciente si no se atienden adecuadamente.

Los síntomas de una reacción sistémica pueden incluir estornudos, descarga nasal acuosa, urticaria, hinchazón general, comezón en los ojos, hinchazón interna de la garganta con dificultad para tragar ó respirar, silbido en el pecho o una sensación de tórax cerrado, mareos o pérdida del estado de conciencia. Cuando las reacciones son más severas, incluyen además hipotensión grave y baja del oxígeno sanguíneo por el espasmo bronquial y el cierre de la laringe, que si no son atendidos en forma urgente y adecuada pueden producir la muerte.

Es por todo ello que es preferible que las vacunas de alergia sean exclusivamente indicadas y diseñadas por un especialista Alergólogo, y que, sean preferentemente aplicadas en una clínica ó consultorio con los medicamentos adecuados y un médico disponible con experiencia en éste tipo de reacciones. Actualmente, las reacciones sistémicas severas son raras, y las muertes reportadas por ésta causa pudieran haberse evitado todas si se hubieran cumplido apropiadamente éstos requisitos.

Constantemente, las compañías que producen los extractos alergénicos utilizados en la preparación de las vacunas de alergia, buscan la forma de mejorarlos. Se ha logrado ya una mejor respuesta benéfica (inmunidad) en el paciente, así como una reducción significativa en la posibilidad de reacciones alérgicas indeseables (alergenicidad) de los extractos. Actualmente con los nuevos tipos de extractos disponibles para la preparación de las vacunas de alergia, los resultados son mejores que antes, y los riesgos del tratamiento se han reducido dramáticamente.

El Alergólogo, es el único especialista con entrenamiento e información actualizada suficiente para aconsejarle y ofrecerle los mejores extractos y tipos de esquema para inmunoterapia disponibles para su tipo de padecimiento alérgico, con las mejores expectativas de seguridad y eficacia.

Antes de aceptar un tratamiento de inmunoterapia, verifique que el médico tenga un entrenamiento certificado de especialidad en Alergia e Inmunología. La decisión final debe de ser concensada entre el paciente y el especialista, después de haber evaluado las diferentes opciones de tratamiento disponibles para su padecimiento, ya que la mayoría de los alérgicos no requieren de éste tipo de tratamiento.